Capuchina

CAPUCHINA

 

Una paloma que nunca falta en ninguna exposición y que cuenta con numerosos seguidores posiblemente gracias a la vistosidad de su forma y plumaje es la Capuchina.

Aunque su fenotipo como es evidente y pasa en todas las razas ha ido evolucionando con el tiempo, más aún en una raza como esta que desde su origen en la India hasta su cría actual en Europa y Estados Unidos principalmente, ha tenido tiempo de mejorar sus condiciones, su apariencia y característica estampa.

Su rasgo más característico, la “capucha” que cubre su cabeza está compuesta por plumas que la paloma eriza cuando se encuentra nerviosa o asustada o en algunos momentos del cortejo, pero que también puede relajar a la hora de comer o de la cópula para tener una mejor visión de lo que está sucediendo a su alrededor. Estas plumas crecen de manera circular a partir de la llamada “roseta”, un remolino circular de gran tamaño, terminado en la parte trasera en denominada crin, recibiendo el nombre de cadena la parte delantera de la capucha y sombrero la superior.

A pesar de la aparatosidad de su plumaje, este hecho de poder relajarlo a voluntad le permite realizar sin dificultad todas las acciones que una paloma realiza cotidianamente a excepción de el vuelo, ya que son pésimas voladoras, por lo que pasan el día entero en el suelo del palomar o a escasos centímetros de altura, cosa que se ha de tener en cuenta a la hora de cultivar esta raza, ya que para que se encuentre bonita y en buenas condiciones las instalaciones deben ser limpiadas con asiduidad para evitar la suciedad y el deterioro de las plumas.  Un baño semanal ayudara a que su presencia sea la adecuada.

La Capuchina que actualmente se ve en los palomares y exposiciones  proviene de algunos ejemplares importados desde su cuna hasta Inglaterra y Estados Unidos y ya en 1601 hablaba de esta raza el naturalista italiano Aldrovandi,  el cual se refería a ella como “Cyprus Pigeon”, es decir, paloma de Chipre.

Debido a la aparatosidad de su plumaje, el cual le da al mismo tiempo su belleza, elegancia y torpeza, el uso de nodrizas para la cría es más que aconsejable casi una necesidad a lo que también contribuye su carácter tímido y nervios.