La Cria De Palomas

LA CRÍA DE PALOMAS

 

Para criar palomas, lo primero que necesitamos es, naturalmente, tener un macho y una hembra, cosa que aunque evidente, no resulta sencilla, ya que incluso para los más expertos, es difícil diferencial a los sexos, al menos cuando los ejemplares son jóvenes, ya que al carecer de genitales externos y de dimorfimo sexual, es imposible saber cual es el sexo de los jóvenes pichones.

Pasado un tiempo, a la edad de 3 o 4 meses, ya comienza a ser más fácil el diferenciar a el macho de la hembra, si bien esto va a depender en ocasiones de la raza de palomas que estemos intentando sexar (una paloma Mensajera por ejemplo es mucho más fácil de sexar que una paloma Tambor o que una Rizada Milanesa). Pero a parte de las propias dificultades de la raza en si, podemos decir que: Los machos son normalmente más corpulentos que las hembras, tiene la cabeza más grande y sobre todo “arrullan o rulan” alrededor de hembra, hinchando el buche y produciendo ese sonido característico que identifica a las palomas.

Pues bien, una vez que tenemos una pareja de palomas, si queremos criar con ellas, sobre todo si se encuentran encerradas en una jaula o en un palomar, debemos cubrir notros todas las necesidades que ellas se cubrirían si se encontrasen en libertad, es decir, debemos proporcionarles comida, agua y complementos tales como el grit (conchillas, arenillas y pequeños guijarros que a falta de dientes les servirán para triturar los alimentos), vitaminas y minerales.

¿Cómo Actuar?

En el mes de febrero juntaremos machos y hembras  para dejarles que se cortejen. Una vez unida la pareja, esta procederá a buscar un nido al que aportar materiales de construcción (paja y pequeños palitos que debemos poner a su disposición) para acolchar su base y poner sus huevos.

Normalmente y si todo va bien, a los 10 días de fecundada por primera vez la hembra pondrá un huevo alrededor de las 7 de la tarde, y dos días después completará la puesta con un segundo huevo que es puesto sobre el mediodía.

Comienza entonces el periodo de incubación que dura de 18 a 21 días, dependiendo de la temperatura exterior y durante el cual, macho y hembra se turnaran en la labor de mantener los huevos calientes, incubando la hembra desde aproximadamente las 7 de la tarde hasta las 11 de la mañana del día siguiente y el macho el resto del tiempo.

Si por cualquier motivo uno de los dos progenitores muere o abandona el nido durante más de 2-3 días, el otro abandonara los huevos y comenzara a buscar una nueva pareja.

En el momento de la eclosión los pichones son alimentados directamente por los progenitores por una sustancia caseosa que segregan sus buches y que recibe el nombre de “leche de paloma” y que es muy parecida a la leche de los mamíferos, aunque más densa.

Sólo un largo periodo de incubación estimula las glándulas del buche que segregan esta sustancia, por lo que si ponemos unos pichones ya nacidos a unos padres que llevan pocos días de incubación, estos morirán al no poder alimentarlos los padres adecuadamente.

Según vayan creciendo los pichones, los padres irán segregando cada vez menos “leche de paloma” y sustituyéndola por granos parcialmente digeridos hasta que al final del periodo de atención a los pichones, alrededor de los 30 días  los padres han sustituido poco a poco la alimentación lechosa por granos regurgitados con agua.

Problemas en la cría:

Varios son los problemas que pueden surgir a la hora de criar palomas; si por ejemplo en el nido en vez de dos, aparecen 4 huevos o no parece ninguno al cabo de un tiempo prudencial lo más fácil es que nuestra pareja esté formada por dos individuos del mismo sexo, por machos o dos hembras, cosa que en libertad no sucedería, pero en caso de confinamiento obligatorio, los individuos del mismo sexo estimulados por la llegada del buen tiempo, el aumento de las horas de luz solar y del calor, pueden acabar emparejándose por carecer de otro congénere del sexo contrario. La solución a este problema es fácil, basta con separar durante unos días la pareja y posteriormente introducir ejemplares del sexo contrario para que se apareen.

Otro problema relativamente frecuente es que, a pesar de ser pareja, los huevos se encuentren claros (no fecundados), siendo esto debido a distintos factores, tales como una alimentación inadecuada, obesidad en la hembra o esterilidad en uno de los progenitores. En este último caso (esterilidad) poco se puede hacer, y una forma de evitarlo es adquirir los animales a criadores serios en vez de hacerlo en las tiendas de animales a las que normalmente van a parar los “desechos” no vendibles por otros medios por su escaso o nulo valor.

Los problemas de mortalidad de los pichones o su desarrollo inadecuado, con signos evidentes de raquitismo y escasa salud suelen ser debidos a el hecho de no haber dejado descansar a los padres, dejándolos criar durante el invierno, haciendo que se desgasten inútilmente, poniendo en peligro su salud y la de su futura prole.

También puede ser debida a la carencia de una alimentación adecuada o al no seguimiento de unas medidas higiénico-sanitarias correctas.

Si desde el principio hemos actuado correctamente, si hemos buscado nuestras palomas en un criador serio y competente, si hemos seguido sus consejos y nos preocupamos de informarnos sobre todo lo relacionado con el cuidado y bienestar de nuestras palomas, conseguiremos todos los años unos bonitos pichones para nuestro disfrute y si lo deseamos, para acudir a concursos o exposiciones.

 

                                                     César González